martes, 3 de febrero de 2015

La Naranja Mecánica

La Naranja Mecánica se desarrolla en los años 70, y cuenta la historia de Alex, quien lidera a una pandilla de jóvenes con ganas de cometer delitos.Después de haber asesinado a una mujer, Alex es sentenciado a 14 años en la cárcel, y más tarde se somete al tratamiento Ludovico, una terapia experimental de aversión, desarrollada por el gobierno como una estrategia para detener el crimen en la sociedad. Es decir, se pretenden conseguir que la violencia, en lugar de generar la satisfacción que antes generaba, empiece a generar aversión. Y para ello  recurren al condicionamiento clásico. El tratamiento consiste en ser expuesto a formas extremas de violencia a través de una pantalla, como cine muy violento. Alex es incapaz de apartar la mirada de la pantalla, porque sus ojos están sujetos por ganchos y es drogado antes de ver las películas, para que asocie las acciones violentas con el dolor que estas le provocan. Este tratamiento hace que sea incapaz de cometer ningún acto violento e incluso incapaz de oír su pieza favorita de Beethoven, la Novena. 



Cuando es liberado, echan a Alex de su casa y se encuentra con antiguos compañeros que  lo golpean para vengarse. Después se intenta suicidar, pero no lo consigue y se recupera en el hospital. Allí, el ministro lo visita, y le ofrece a Alex un trabajo si acepta apoyar la elección del partido político, cuya imagen pública se vio  dañada por su intento de suicidio y el tratamiento al que Alex fue sometido. En este contexto, los medios de comunicación adquieren un papel de suma importancia. Con el tratamiento, se habría solucionado el problema de las cárceles y de los asesinos/violadores/criminales porque solo habría que condicionar intensamente a quien comete esos crímenes, y así esas personas se convertirían todos en ciudadanos que respetan las leyes. Pero el programa falla ya que condicionar el comportamiento es una cosa y cambiar la mente de una persona es otra muy diferente. Y al final vuelve a dejarse llevar por la violencia, posiblemente por una educación errónea.


El tratamiento experimental al que someten al protagonista consigue en que un estímulo (cualquier cosa relacionada con violencia) que previamente generaba respuestas emocionales positivas, empiece a generar respuestas emocionales negativas y de desagrado al asociarse con otro estímulo que provoca esas respuestas desagradables. Para ello, Alex era medicado con una sustancia que provocaba nauseas y un gran malestar. Mientras que la medicación empezaba a hacer efecto y Alex comenzaba a notar ese gran malestar, era expuesto a vídeos y fotos con escenas de extrema violencia, de manera que los actos de violencia se asociaron con una emoción y estado de ese tremendo malestar. Durante el visionado de esos contenidos, apareció la música de Beethoven, la cual también se condicionó negativamente.
Como resultado de dicha asociación (síntomas de malestar – Contenido violento + Música), cualquier acto de violencia adquiría la capacidad de provocar por sí mismos esas respuestas de descomposición y malestar, aún en ausencia de la medicación que las provocaba. De esta manera se consiguió convertir a Alex en una persona sumisa e incapaz de estar expuesta a ningún contenido violento.

El tratamiento de Alex están basados en los experimentos de Pavlov, realizado con perros en los que estudiaba la respuesta de salivación hacia la comida. La respuesta de salivación ante la presencia de comida es un “reflejo incondicionado”, es decir que no se aprende. Lo que hizo Pavlov es demostrar que esta respuesta puede ser provocada también por otro estímulo diferente a la comida, por ejemplo una alarma. Demostró que la respuesta de salivación podía convertirse también en una respuesta aprendida, pues los perros aprendieron a salivar ante el sonido de una campana sin la presencia de la comida. Para ello trató de asociar un estímulo inicialmente neutro que no provocaba ninguna respuesta de salivación en los perros (una campana), a la presentación del plato de comida. Pavlov hacía sonar la campana inmediatamente antes de la presentación del plato de comida. Inicialmente los perros sólo salivaban ante la aparición de la comida pero con la repetición de ensayos, los perros empezaron a asociar el sonido de la campana con la aparición de la comida y empezaron a salivar ante ella. Es decir, un estímulo que inicialmente no provocaba esa respuesta pasó a provocarla. Los perros habían aprendido que la campana señalaba la aparición inminente de la comida y se preparaban para ello: Habían aprendido una respuesta ante un estímulo nuevo.



La naranja mecánica es un reflejo de la violencia y libertad humana. Se abre un debate sobre la condición humana,  retratada como una libertad de elección.  La película propone un mensaje  y es que ni la maldad ni la bondad residen en el comportamiento, sino en tu persona que escoge un camino u otro. El comportamiento puede cambiarse y modificarse con diversos métodos, pero hay algo más que debe acompañar al comportamiento, y es la conciencia.Y es que posiblemente lo único que nos diferencia de otros animales es que tenemos una moral. Una moral que nos hace autorestringirnos con sistemas de ley y orden, porque según múltiples estudios la gran mayoría de nosotros somos capaces de cometer atrocidades, si como, nos quiere hacer llegar esta película, las circunstancias nos empujan a ello.



“El hombre es bueno por naturaleza y la sociedad es quien lo corrompe.” – Rousseau.


”La bondad y la maldad nacen con nosotros, pero la bondad se escoge. El que no escoge deja de ser hombre”.


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