martes, 25 de noviembre de 2014

FILOSOFÍA DE MAR ADENTRO

“Hay días que no haces nada, porque no estás de humor. Tienen que estar constantemente limpiándote y cambiándote sondas. Hace 26 años, cuando sufrí el accidente, no había sondas. Tenías que ir por Santiago, pidiendo casi por Dios a los médicos que te diesen una (...). Si me quitasen la sonda moriría de necrosis renal. Defecar es una humillación perpetua, porque casi tienen que sacarte los excrementos con sacacorchos. Hay que excitar el esfínter. A un niño no le importa, porque no tiene conciencia, pero saber que te tienen que quitar la suciedad de encima es humillante.

La familia te ayuda, pero no puede devolverte el movimiento. Y eres una carga. El sufrimiento crea sufrimiento, y tienes a tu familia un poco atada a tu propia tetraplejía. Ellos tratan de no verlo así, pero tú sabes que los tienes esclavizados. Mi propia madre murió de pena. Técnicamente fue un cáncer, pero en realidad murió de la pena de no poder hacer nada por una persona tan querida como un hijo.

Yo quedé tetrapléjico con 25 años, al golpearme contra una roca cuando me bañaba. Trabajaba en barcos mercantes como mecánico. A esa edad tienes de todo: amigo, amor, sexo... Salía con una chica, pero a raíz del accidente dejé todo eso. El tema del amor es muy doloroso. Tener que arrinconar el amor y el sexo es una de las cosas que más te desequilibra psicológicamente. No es lo mismo renunciar a hacerlo voluntariamente. Yo estoy convertido en un ermitaño a la fuerza...

... Desde que mi caso ha salido en la prensa, también recibo visitas de gente de sectas religiosas, empecinadas en que cambie de idea, que apueste por la vida, como dicen ellos, porque fuera de Dios la condenación es eterna. Quieren consolarte y creen que con cariño todo se supera. ¡Qué barbaridad! Lo cierto es que cuando se queda uno sin la parte física, sin el movimiento del cuerpo, ya no puedes alcanzar jamás lo que deseas. No puedes ser feliz, porque no tienes libertad (...). A muchos tetrapléjicos les hacen un lavado de cerebro y logran que tengan más miedo a la muerte que al infierno diario...

... No me resigno a llevar esta vida miserable. Al reclamar la eutanasia no pides la muerte, sino liberarte del dolor. Pero el Estado, los jueces y las religiones te prohíben liberarte de tu propio dolor, de tu esclavitud...

... Hay días que te agobias, pero yo no me deprimo fácilmente. Aprendes a reír llorando para no agobiar aún más a la gente que está a tu alrededor. En realidad, la única ilusión que tengo es que el Tribunal de Estrasburgo declare que no se me puede imponer el sufrimiento, que tengo derecho a una muerte digna. Para todo ser humano es una humillación sentirse como una piltrafa, estar atado a un cuerpo muerto del que no puede librarse”. Sampedro, R: Por qué quiero morirme"


Estas son las palabras de Ramón Sampedro, en la película de la historia de un hombre que defendía su criterio y su derecho a hacer con su vida lo que quería. Las personas tienden a apoyar la vida e intentar quitar de su cabeza la idea de morirse, algunos incluso ni siquiera se intentan poner en su lugar, simplemente piensan que lo mejor es darle un buen consejo "el consejo de vivir, el que todo el mundo daría" porque, ¿Quien va a apoyar la muerte de una persona? ¿Es eso ético, moral, incluso humano?
Lo cierto es que Ramón Sampedro mantenía una decisión firme ante su problema y la solución por la que había optado durante años de pensamiento, e incluso también llegó a cuestionarse a si mismo, pensaba si eso seria lo que de verdad quería, se cuestionaba por qué quería morir, pero el lo tenía muy claro, su vida así no era digna, quería morir y tenia que pedir permiso para poder manipular su propia vida, algo que es solamente suyo. ¿Alguien se ha parado a pensar en la frustración de esta paradoja? Una persona ajena, ya sea juez, rey o emperador, debía darle el visto bueno a la elección de su destino. ¿Es esto filosofía? ¿Acaso esas personas pueden comprenderle, ponerse en su lugar y decidir por él? Ramón tuvo que optar por el suicidio asistido, debido a que un hombre que posiblemente le había dedicado no mas de 1 hora a su caso, decidió seguir condenándole a esa vida de sufrimiento. ¿Es esto justo? ¿Porque ese hombre tuvo que sufrir envenenado pudiendo haber sido una muerte "feliz y tranquila"? La eutanasia, tema principal de esta película, es un tema muy abierto puesto que cada persona tiene una distinta opinión sobre su uso. ¿ Debería ser legal? ¿Es esto ético? El uso de la razón nos lleva a pensar que es totalmente razonable el hecho de que las personas decidan donde acaba su vida, siempre y cuando tengan motivos de peso nadie tiene porque cuestionarles su razonamiento. Ramón Sampedro siempre se mantiene muy radical respecto a su decisión, pero casi al final de la película vemos como en un momento de su vida en el que aparece un rayo de luz por diversos motivos empieza a cuestionarse el porque de sus ganas de morir y si eso es lo mas acertado, si hay personas que pueden convivir con esa discapacidad, ¿por qué él no? Quizás la respuesta a sus ganas de morirse sea la visión de su vida como una carga, alguien que no sirve para nada, o eso es al menos la impresión que el se llevó durante muchos años.. quizás las grandes decisiones de la vida se toman en momentos en los que no se deberían tomar o basándose en hechos que quizás no sean del todo ciertos. ¿Cual es el mejor momento para reflexionar? Quizás te pases toda la vida reflexionando acerca de tus inquietudes y en ningún momento creas que estas lo bastante cerca de encontrar la respuesta correcta.

1 comentario:

  1. Es de agradecer tu apuesta por crear, por construir un discurso propio. Resulta interesante y sugerente. Un pequeño consejo: revisa la expresión (por ejemplo, los signos de puntuación).

    ResponderEliminar